Hacia un Cambio de Paradigmas
Reflexiones del Taller de Eficiencia Energética y Construcciones Sostenibles por
Arq. Eugenia Rivadavia Dominici
Introducción
Como ocurre con gran parte de las acciones que lleva a cabo el ser humano, las relacionadas con el cambio climático se dan de manera reactiva y no proactiva. Es decir, surgen cuando el problema se presenta y se busca una solución y no como una medida para prevenir desde el inicio.
A lo largo de la historia tenemos varios hitos que han mostrado la preocupación por el cuidado del medio ambiente, cabe recordar los inicios en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Estocolmo, 1972) o más recientemente la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, también impulsado por las Naciones Unidas (2015). A pesar de ello, aún quedan varias medidas por tomar por parte de los países para lograr el desarrollo sostenible.
Cabe resaltar que la construcción es un rubro que tiene un alto impacto en la contaminación, por lo cual, resulta indispensable que se comiencen a integrar las prácticas sostenibles en las obras arquitectónicas. Vale destacar que, cuando se hace referencia al término sostenibilidad, se está aludiendo a “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la posibilidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades” (Usón, La nueva sensibilidad ambiental en la arquitectura española. 2000-2006. Barcelona. Clipmédia, p.23).
Por otro lado, es importante considerar el ciclo de vida de una construcción, es decir, no considerarla como un elemento aislado, sino tener en cuenta todo el proceso desde el cual se producen y eligen los materiales, uso de la construcción por parte de los usuarios y por último, cómo trabajar cuando la misma alcanza el fin de su vida útil.
Importancia de la certificación LEED
La certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design) se crea en 1993 en Estados Unidos por el USGBC para fomentar y promover las prácticas sustentables ya que tienen una conexión directa con el entorno y la salud de los seres humanos. De esta manera, se busca alcanzar un equilibrio entre tres factores interrelacionados: economía, sociedad y medio ambiente.
Cada nuevo edificio que obtiene la certificación LEED abre las puertas para que nuevos proyectos busquen obtenerla, ya que no sólo se alcanzan beneficios a nivel económico, sino que la empresa que obtiene la certificación sabe que cuenta con un sello a nivel internacional que le otorga prestigio frente a sus competidores.
Dentro de la certificación existen diversas categorías dependiendo del tipo de proyecto. Además, para obtener el puntaje, el mismo es evaluado a través de una serie de premisas: terrenos sustentables, eficiencia en el uso del agua, energía, materiales y recursos, calidad del aire interior, innovación y diseño, y lugar y transporte. Con cada una de estas áreas permite obtener una calificación que refleja el nivel de puntuación LEED obtenido. El mayor nivel que se puede obtener es Platinum y refiere a una puntuación superior a ochenta puntos.
Por otro lado, también existe la certificación Net Zero Building que engloba aquellos proyectos en que la cantidad total de energía utilizada por el edificio promedio anual es equivale a la cantidad de energía renovable generada por la propia construcción, es decir, es autosuficiente.
El rol como profesionales
A través del taller fue posible comprender la importancia del desarrollo sostenible en las edificaciones y el rol que como profesionales del área tenemos para llevar esta premisa a cabo. Mediante la implementación de cuatros grupos de ocho participantes, se logró un trabajo enriquecedor ya que estaban conformados por profesionales (ingenieros y arquitectos) que tenían experiencia en diferentes áreas. Aún así, cabe resaltar que al recibir la consigna de trabajo tanto el que tenía más experiencia como el que no, reconoció la falta de conocimiento previo.
Desde mi punto de vista esto se debe a que a lo largo de la carrera de arquitectura uno recibe conocimientos básicos de muchas áreas pero en lo que respecta al desarrollo sostenible, recién en los nuevos planes de estudios se está tornando un aspecto importante en la formación profesional.
De esta manera, es fundamental la toma de decisiones desde el día en que se comienza un proyecto, ya que la implementación de estas nuevas prácticas generan beneficios a futuro. Un claro ejemplo es la consideración de las medidas pasivas, que responden a la orientación, ventilación y luz natural, porcentaje de vanos y llenos, entre otras.
Para ello, es relevante considerar la ubicación de la nueva construcción debido a que los requerimientos para llegar al confort no son iguales y dependen de la ciudad. Por ejemplo, para una construcción en Montevideo, es necesario considerar medidas que respondan al periodo de calor pero también al frío. En cambio, en ciudades más cálidas como Salvador de Bahía, sólo es necesario considerar el período de calor.
Luego, con las medidas activas, se recurre a equipos con alta eficiencia para atender al acondicionamiento térmico y lumínico artificial. Gracias a la implementación en un inicio de las medidas pasivas, se logra invertir menos dinero para el nivel de confort deseado.
Por otro lado, resulta importante el avance de la tecnología en lo que respecta a los software para la simulación. Dentro de estas herramientas se encuentran por ejemplo Energy Plus y Dialux, los cuales permiten simular diferentes situaciones para evaluar la eficiencia energética. Esto resulta importante ya que posibilita realizar gran cantidad de pruebas para dar con la combinación correcta de parámetros que ayuden a obtener una disminución de costos.
En lo que respecta al taller, el caso de estudio consistió en tomar medidas que ayudaran a la Eficiencia Energética para el proyecto del “Condomínio Comercial Eurobusiness”. Para ello, dos grupos debían considerarlo en Montevideo y otros dos en Salvador de Bahía. En mi caso, formé parte del de Salvador de Bahía, por lo cual, como mencioné anteriormente, solo tuvimos que considerar el período cálido, con temperaturas en torno a los veinte y treinta grados centígrados.
Como primeras medidas se consideraron aquellas pasivas, como el cambio de orientación o el cambio de vidrios de alto factor solar por vidrios de un bajo factor solar. En este caso tuvimos una reducción del 8% y 25% respectivamente.
Cuando nos centramos en aquellas medidas activas que pudieran ayudar a reducir el consumo de energía, fue cuando se nos presentaron algunas creencias erróneas. Esto se debe a que en algunas ocasiones se cree alta la influencia de algunos equipamientos en el costo final. Un ejemplo son los equipos de ascensores y bombas, que tienden a ser catalogados como altos consumidores de energía y que atacando directamente a ellos es posible reducir en gran medida el consumo de todo el edificio. A diferencia de la creencia de la mayoría, en lo que respecta a la eficiencia de toda la construcción, estos equipos no tienen gran impacto. Para este proyecto en concreto, el cambio de estos equipos por unos más eficientes, solamente redujeron un 2% el consumo de energía del edificio.
Por otro lado, decisiones entorno al cambio de equipos Split por VRF fueron acertadas, dado que se redujo 23% el consumo. De la misma manera, aquellas que consideraban el cambio de la iluminación a LED y un sistema de control de las mismas, redujeron un 16% y 17% respectivamente.
En conclusión, resulta importante la implementación de las prácticas sostenibles y la formación de los profesionales para poder incluirlas desde el inicio del proyecto. De esta manera no solo consideramos los tres pilares básicos de la sostenibilidad y la importancia del costo-beneficio, sino que nos posicionamos a favor de un cambio de paradigmas en un rubro que influye en gran medida en la contaminación del planeta.
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